Prácticas de eco-competitividad y sostenibilidad que contribuyen a mitigar los efectos invernaderos, son los que aplican mil fincas ganaderas en todo el territorio costarricense, lo cual favorece al cambio climático.
Así lo dio a conocer los datos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), contabilizados como logros de la Estrategia Nacional de Ganadería Baja en Carbono, y su principal herramienta, la NAMA Ganadería.
El ministro de esta cartera, Renato Alvarado, resaltó que estas medidas de adaptación y mitigación aumentan “además la rentabilidad en finca, ya que disminuyen costos, hacen la actividad más resiliente, eficiente y productiva, aumentando los ingresos de las familias, lo que nos genera una relación de ganar-ganar, que solo beneficios genera a la producción y al ambiente”.
Algunas de las buenas acciones que implementan estas fincas son: pastoreo racional, fertirriego de purines y bioles, cosecha de agua de lluvia, establecimiento de bancos forrajeros, manejo de registros, mejoramiento de pasturas y ambientes protegidos, entre otras, con el fin de generar un cambio sustancial en la forma de producción.
Alvarado también, resalto que la ganadería costarricense se distingue a nivel mundial, ya que conserva el 18% del territorio nacional como bosques y resguarda más de 20 millones de árboles dispersos en potreros.
Por su parte, la ministra de Ambiente y Energía, Andrea Meza, como rectora ambiental destacó la labor de las instituciones que trabajan en este proyecto y señaló que, “este proyecto nos muestra que es posible generar empleos de calidad de una manera sostenible y protegiendo nuestros ecosistemas. Como uno de los ejes del Plan Nacional de Descarbonización, las acciones bajas en carbono de la ganadería son clave para alcanzar nuestra visión de bienestar. Felicito a las instituciones del sector ganadero por este hito”, expresó.
Se espera que para el año 2022 1.773 fincas pases a ser unidades más rentables y adaptadas al cambio climático, con un equivalente en reducción de carbono, CO2, de 39 mil toneladas métricas. La estrategia es liderada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), y otras instituciones relacionadas.
Las fincas ganaderas que se comprometan con estas prácticas reciben capacitación para su personal, fondos no reembolsables y acceso al financiamiento adaptado a sus necesidades particulares.