Ayer, la tristeza caló en muchos alajuelenses al conocer la noticia de la muerte de doña Yaudicia Solano Rodríguez, de 101 años de edad, una poaseña, madre de dos hijas y reconocida como la abuelita bailarina de Alajuela, en cada celebración patria.
Su hija, María Eugenia solano comentó a Alajuela Digital que, su madre murió de vejez, ya que no padecía ninguna otra enfermedad, » a eso de las 10:20 a.m. de ayer, yo le iba a dar cafecito y ya la vi mal, y donde la vi así, pues tomé un librito de oraciones y le hice una, la encomendé a Dios, porqué es lo único, Dios me dio fuerzas porque estaba yo sola».
La alegre Yaudicia, fue una participante activa de cada desfile, un 11 de abril o 15 de setiembre, con su baile y contentera acompañaba a las bandas de música y a los estudiantes en el recorrido por las calles del centro de Alajuela y los espectadores le alababan y compartían con ella ese gozo por el baile auténtico, por ello, la querida abuela marcó el corazón de muchas personas.
Su hija Eugenia quien estaba a su cargo los últimos años, narra que su madre siempre estuvo muy alegre máxime al participar de los desfiles, tanto así que hasta hace 6 años atrás aún realizaba su danza, pero luego ya por algunas limitantes como perdida de la audición, osteoporosis y afectación en su vista tuvo que dejar de lado el baile, pero solo físicamente, porque en su corazón vive.
» La gente la sigue a ella, porqué como ella es así, bueno bendito sea Dios todas aquellas personas que me le tuvieron buena voluntad», dijo Solano.
El año anterior, el 6 de enero, la amada abuelita cumplió su centenar de vida y tanto Eugenia, como su otra hija Ana Lucía, además, de sus nietos, biznietos y tataranietos, así como más familia y algunos amigos le festejaron como a ella le gusta con música y bailes, le llevaron un mariachi y doña Yaudicia no dudo en ponerse de pie, con las fuerzas que aún guardaba y bailar un rato más.
Ese mismo año, la famosa abuelita, fue operada de la vista, gracias a la colaboración del Club de Leones y ya para este mes de mayo y según lo que dice su hija, ella podría ver bien, pero un derrame en el ojito se lo imposibilitó, sin embargo, no dejo de ser feliz.
A fin de cuentas, ni el Covid venció a Yaudicia, y sus hijas están agradecidas con Dios por la vida que le permitió a la corronga abuela, a pesar del dolor que causa toda muerte.
«101 años no se los brinca cualquiera, una señora bien trabajada, con tantos esfuerzos desde pequeña, y agradecemos a las personas que le tienen tanto cariño a mi madre». finalizó Solano.