Por Valentina Barile, periodista.
Desde hace una semana, empezaron otra vez nuevas medidas de contención de Sars-Cov-2, en el país italiano, tras una nueva ola de contagios dentro de la población. ¡La pausa del verano no llevó buenos frutos!
El virus durante la temporada de verano (reciente) se durmió y los sectores productivos, las actividades económicas y turísticas volvieron a tener actuación.
Los científicos, continúan avisando del peligro que representaba la apertura total, sin embargo, el
Gobierno Central, luego del 14 de junio anterior decretó el fin de la cuarentena, no obstante, seguían las medidas de control de multitudes.
El virus durante el período veraniego se mutó porque se mezclaron varias cepas de Sars-Cov-2 a la luz de los desplazamientos permitidos en las vacaciones. Esto funcionó como una incubadora,
causando los efectos que se manifiestan ahora.
Hoy, Italia cuenta casi veintidós mil nuevos contagios, sin embargo la cantidad de tampones (pruebas diarias) que se efectúan diariamente es alta. Realmente los contagios aumentan pero este dato está relacionado con el mayor control que hay en comparación con el del mes de marzo, cuando comenzaban a detonarse números altos de italianos con Covid-19.
En las ciudades de: Nápoles, anteayer, como en Milán y Turín, (ayer), y en Roma (hoy), algunas categorías de trabajadores autónomos salieron a las calles a pedir ayuda a las autoridades.
Lamentablemente, entre los trabajadores estaban grupos de extremistas y personas las cuales actuaron con acciones violentas contra la ciudad, las instituciones y ensuciaron el alma de la protesta.
Lo que pasa es que, actualmente, en el país europeo, hay categorías sin subvención. Las mismas que desean hacerse oír. Las revueltas están en marcha en varias ciudades europeas. Todos quieren protección, pero la gente quiere protegerse de las enfermedades físicas y económicas de igual forma.